POR MARCELO PATZI
El año nuevo se inició con un fuerte debate ideológico con motivo del nuevo Código Penal, que en realidad sirvió de pretexto para un debate político centrado en la participación del presidente Evo Morales en las próximas elecciones generales de 2019.
Se mezclaron los cuestionamientos a algunos artículos del nuevo Código con la protesta de los opositores contra el Presidente. Es decir, muchas personas, sin siquiera haber leído un poco del nuevo código lo rechazan y salen a protestar movidos por informaciones manipuladas, por mentiras tendenciosas y por prejuicios.
Se dice que sataniza la labor de los médicos, cuando en realidad le pone atenuantes a la mala praxis que el actual Código Penal (establecido durante la dictadura de Hugo Bánzer) no tiene. Se dice que no se penaliza el micro tráfico de drogas porque solo leyeron el artículo precedente sin ver que cuando alguien trafique menos de cien grs tiene también castigo, pero con un tratamiento diferente (como sucede en cualquier país).
Se dice que se persigue la práctica religiosa, cuando es otra mentira, pues lo que se hace es proteger a niños y adolescentes del tráfico de personas. Se dice que se atenta a la libertad de expresión, cuando simplemente hace una actualización de lo que significa el tema comunicacional y el manejo de la información. La Constitución Política del Estado muy claramente indica que “La información y las opiniones emitidas a través de los medios de comunicación social deben respetar los principios de veracidad y responsabilidad”, (Art. 107).
En realidad, todos los puntos cuestionados y supuestamente “represores de las libertades democráticas” ya existen en el actual sistema jurídico boliviano. Por ejemplo, ya existe la sanción a la mala práxis de los médicos (pero sin salvedades). Ya existe la sanción por calumnias e injurias, respecto al tema comunicacional, y ya existe la sanción por atribuirse los derechos del pueblo o por sedición, respecto a las movilizaciones sociales.
En este último punto, desde el 2015, sostengo con el libro que publique: Basta de Bloqueos, explica que esta práctica es totalmente dañina a la sociedad, tiene muy poco que ver con verdaderas reivindicaciones sociales y en realidad se presta al chantaje de algunos dirigentes, con intereses muy particulares en desmedro de la mayoría de la población y el derecho al libre tránsito. Estoy convencido de que los bloqueos merecen una sanción más firme, cosa que no existe en el nuevo Código Penal ni en otros instrumentos jurídicos de nuestro país.
Simultáneamente a la manipulación de la interpretación del nuevo Código, se lanzan mentiras y rumores irresponsables por las redes sociales y medios de prensa. Para generar un estado nerviosismo y paranoia, que podría llevar a la convulsión social.
Por ejemplo se dijo que subiría el precio de la gasolina, cuando en realidad se puso en el mercado un nuevo tipo de gasolina. Así mismo dijeron que habría desabastecimiento de gasolina por la protesta de choferes y fue mentira. Se dijo que se dictaría Estado de Sitio por el Dakar y fue otra mentira.
Bienvenido todo debate político, pero que sea en base a la verdad, a datos serios y no a mentiras y prejuicios. Podemos discutir todos los temas que quieran, pero la información debe ser responsable con la población.
Pero parece que a muchos no les interesa incendiar el país, destruir nuestro prestigio y que nos matemos entre todos, con tal de dañar la figura de Evo, ante el cual la oposición no tiene ningún proyecto serio y viable, y mucho peor ningún líder que le haga frente.
El Presidente y Conalcam suspendieron por un año aplicación del nuevo Código del Sistema Penal. En este tiempo se socializara la norma con participación de las organizaciones y entidades sindicales, profesionales, empresariales, universidades, etc.
Ahora ya no hay más pretexto para seguir agitando el país, y siguen en la joda se confirma que su fin es el Sabotaje.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en español por Cambio el 17 de enero de 2018 y editado y traducido al inglés por ANTICONQUISTA el 18 de enero de 2018.